martes, 20 de octubre de 2009

La escritura reflexiva

Un camino hacia la mejor gestión

Durante el proceso de escritura se cristaliza aquella idea que el intelecto moldea, se profundiza en las consecuencias de las propias posturas, se aprende sobre el objeto acerca del que se construye la información y se adquiere compromiso con los demás, con los lectores más inmediatos.Y deben escribir el maestro, el estudiante, el dirigente, el funcionario. Con la comunicación escrita se conocerán su pensamiento, su actitud y sus intenciones.La producción de textos escritos permite expresar conocimientos, ideas, sentimientos, creencias; en general, crear y recrear los objetos de nuestro pensamiento. Los propios escritos constituyen el mejor instrumento para desarrollar la función representativa del lenguaje, dada sus características contextuales y formales. Son precisamente estos aspectos los que han dado pie a la función epistémica de la escritura.La función epistémica hace referencia al uso de la escritura como instrumento de toma de conciencia y de autorregulación intelectual y, en último término, como instrumento para el desarrollo y construcción del pensamiento propio. Y ese es el punto de apoyo para enfatizar que el pensamiento no se transmite con firmeza y compromiso a los demás si no está mediado por la escritura de quien piensa. Otros modos de comunicación flaquean ante la prueba del rigor y la precisión del pensamiento.Es por ello que los procesos que se utilizan para escribir un texto hacen posible o facilitan el aprendizaje, el desarrollo del conocimiento, la dirección de las organizaciones y la conducción del estado.Transformar la información percibida en un texto mediante la escritura supone aprender a modificar los conocimientos respecto al tema sobre el que se escribe y a la vez permite mejorar las estrategias discursivas.Las características formales y de proceso del ejercicio de escribir hacen de la escritura un instrumento peculiar y más poderoso que el lenguaje oral para la construcción y transmisión del conocimiento debido a sus atributos intrínsecos.En primer lugar, eleva las exigencias en cuanto al rigor y precisión en el uso de términos y palabras, tanto en cuanto a su significado como a la formalidad lingüística, ya que debe acatar las reglas léxicas y sintácticas. El rigor y formalidad que exige la organización del texto en los distintos niveles compositivos (frases, párrafos, textos) suponen un método lógico para la escritura, y de ahí se desprende su función epistémica.Una segunda cuestión que define el acto de escritura se refiere a la ausencia de un contexto físico y mental compartido entre el escritor de un texto y el destinatario del mismo, a diferencia del lenguaje oral donde los interlocutores comparten espacios físicos temporales y aun un espacio psicológico intersubjetivo.Este segundo rasgo del proceso de escritura exige que el escritor se vea obligado a ser explícito con las características del contexto en el que tiene sentido su discurso, a detallar sistemáticamente las relaciones y conexiones entre las ideas que pretende trasmitir, con el fin de evitar, en la medida de lo posible, supuestos, implícitos, ambigüedades y confusiones en el lector destinatario del texto. Por tanto, este proceso implica mayor nivel de conciencia y de reflexión sobre el contenido del texto que, una vez publicado, es la vía por la que el destinatario del escrito conocerá con transparencia el pensamiento del autor a la vez que el autor adquiere un compromiso público con su auditorio acerca de las intenciones que se trae, quedan así declaradas las reglas y se propiciará una base segura para las interacciones futuras.Cuando el dirigente escribe su pensamiento, los integrantes de la organización tienen claro qué hacer para ayudar a cumplir los objetivos comunes. Cuando el funcionario escribe su pensamiento, los ciudadanos se enteran con claridad qué sociedad es la que quiere construir el estado. Cuando el maestro escribe su pensamiento, los alumnos sabrán a dónde se pretende llegar en el curso. Cuando el alumno escribe su pensamiento, el maestro percibe las transformaciones que han ocurrido en la mente de los pupilos y podrá valorar y dar fe del cumplimiento de objetivos.